Puede que tengas previsto visitar el norte de España y te llame la atención descubrir qué son los Flysch de Zumaia o cómo son las vistas desde la ermita de San Telmo. No te preocupes, te lo vamos a explicar todo aquí.
Sigue leyendo y descubrirás por qué visitar los acantilados de Zumaia es el plan perfecto para gozar de los encantos de la costa vasca.
Acantilados del Flysch en Zumaia
Uno de los paisajes más impactantes y de visita obligatoria en toda la costa vasca. Los acantilados del Flysch en Zumaia son la prueba viviente de cómo el planeta ha evolucionado a lo largo de los siglos y los siglos.
Gozan de una extensión de 13 kilómetros y su valor geológico es algo prácticamente imposible de medir. Se ubican entre Deba y Zumaia, ofreciendo unas vistas y unas construcciones que no se replican en ninguna otra parte del mundo.
Su nombre se debe al Flysch, formación rocosa hecha de enormes pliegues de roca repletos de fósiles que pueden tener 60 millones de años de antigüedad perfectamente. Todo lo que ha pasado en la Tierra está registrado ahí.
De hecho, hay quienes llaman a estos acantilados los Libros de la Tierra, y no es para menos.
Lugar de vital importancia, a partir del cual ha nacido el Geoparque de la Costa Vasca, espacio protegido para que la comunidad científica pueda estudiar a fondo estas estructuras y las famosas rasas mareales (placas a ras del mar que mezclan toda clase de materiales y con una apariencia de lo más llamativa).
Sin duda, un destino vasco mucho más disfrutable si cuentas con una buena visita guiada. Puedes recorrerlo libremente y, si eres fan de Juego de Tronos, seguramente estés deseando hacerlo. Pero la mejor forma de conocer su historia es, sin duda, con un buen guía.
Anímate a hacer la Ruta del Flysch, disfruta de este lugar único en el mundo y aprovecha para disfrutar de la gastronomía vasca en Zumaia. Sin duda, es una experiencia que no vas a vivir en ninguna otra parte.
Acantilados de Zumaia Itzurun
Los acantilados de Zumaia Itzurun son otra parada obligatoria en cualquier visita a Zumaia. Sus vistas desde la ermita de San Telmo, patrón de los navegantes, son verdaderamente imponentes. Aunque verlos desde la playa de Itzurun también es de lo más majestuoso.
Si vas, te recomendamos darte un chapuzón en esta playa. Dicen que su alta concentración en yodo es muy buena para la salud. Además, las vistas desde la arena te permiten ver gran parte de la costa vasca, desde Matxitxako hasta Bizkaia.
Son acantilados de 150 metros de altura, entre los que se encaja esta bonita e íntima playa. Se llega fácilmente caminando desde el puerto en una ruta sencilla para ver esta playa de menos de 300 metros y tan querida por los surfistas por su oleaje.
Aun así, nuestra recomendación es organizar una visita guiada o contratar algunos packs con guía. Es la mejor forma de disfrutar de esta parte clave de la Ruta de los Flysch, de sus leyendas y de esa milenaria historia que la envuelve.
Para aprovechar todavía más la visita siguiendo la ruta geológica de Talaimendi cuando hay marea baja. Un recorrido de una hora en el que contemplar la rasa mareal, sencillo pero imponente.
También puedes disfrutar de una buena comida en el bar que hay en la playa, abierto principalmente en verano, o animarte a probar con el surf o el bodyboard.
Zumaia ofrece todo eso y mucho más, sobre todo si te animas a reservar las actividades que ofrecen portales como Civitatis. Descubre sus acantilados, su mágica historia y todo lo que esconden. Descubre todo lo que esconde la costa del País Vasco.
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