Hacer turismo en Budapest es una experiencia mágica. La capital de Hungría tiene un encanto especial que atrapa al viajero que se lanza a recorrer sus calles. Resulta difícil de explicar con simples palabras, pero la atmósfera que se respira tiene algo único que hace que todo el que la conoce caiga enamorado de Budapest.
Turismo en Budapest: entendiendo su historia
La ciudad se halla dividida en dos partes por el río Danubio. Buda y Pest se unieron hace tan sólo 150 años conformando la ciudad que conocemos hoy día. Integrada en el bloque oriental en un pasado no tan lejano, hoy en día resulta una ciudad moderna y abierta, con mucho que ofrecer al viajero, tanto en lo referente a visitas turísticas como a diversión. Su ubicación la hace un destino perfecto para pasar tres o cuatro días antes de seguir camino hacia+ otras grandes ciudades como Praga o Viena, aunque Budapest reúne suficientes atractivos por sí sola que justifiquen la visita.
Por su ajustado tamaño, se trata de una ciudad que puede conocerse razonablemente bien en un par de días, si se es disciplinado. De hecho, resulta ideal para pasar allí un fin de semana romántico en pareja, y son muchas las que lo eligen como destino por esta razón. Aunque en la mayoría de casos, tan corta estancia nos deja con ganas de volver a hacer turismo en Budapest en el futuro. Una vez comenzamos a descubrir sus secretos, la ciudad invita a más.
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Visitar Budapest en tres días
Si sólo disponemos de tres días, el recorrido por Budapest podría comenzar dedicando la primera jornada a conocer la zona de Buda donde se ubican, muy cercanos entre sí, algunos de los grandes atractivos de la ciudad,como el Bastión de los Pescadores, la Ciudadela o el Castillo de Buda, los cuales ofrecen unas magníficas vistas del otro lado de la ciudad desde su posición privilegiada en lo alto de una colina.
Para quienes busquen algo de relax nada mejor que visitar alguno de los numerosos balnearios que pueden encontrarse. Entre ellos, el del Hotel Gellért ocupa un lugar muy destacado al haber aparecido en numerosos anuncios y películas. Pasar una tarde entre sus saunas y piscinas es lo más parecido que puede encontrarse a bañarse dentro de un museo. Para cerrar el recorrido por Buda, nada mejor que pasar al otro lado de la ciudad cruzando el maravilloso Puente de las Cadenas, el más antiguo de la capital y símbolo de la unión de la ciudad.
Para conocer Budapest, mucho más dispersa en su disposición, lo mejor es empezar visitando el imponente Parlamento de Hungría, un edificio exquisito, ubicado a orillas del Danubio y que llama la atención poderosamente por su arquitectura. Desde allí podemos acercarnos hasta la Avenida de Andrassy, una de las calles más interesantes de Europa y lugar donde radica el Museo del Terror, el cual está dedicado a mostrar los horrores del nazismo y el comunismo.
Tras esa experiencia -que tiene un tanto de catarsis espiritual-, nuestro paseo por Pest nos lleva hasta la Catedral de San Esteban, uno de sus monumentos más reconocibles, desde cuya cúpula se tiene una panorámica espectacular de la ciudad que dejamos a nuestros pies. Cerca de allí se ubica el Mercado Central, parada perfecta para aquellos que quieran explorar la gastronomía húngara. Multitud de puestos sirven las especialidades del país a un precio más que razonable.
Para el tercer y último día en la ciudad son muchas las opciones que se abren ante nosotros. Para los que gustasen de la visita al Hotel Gellért, tal vez les apetezca repetir experiencia en el Balneario Széchenyi, unos baños al aire libre muy populares en Budapest. O si tenemos curiosidad por indagar en el pasado comunista de la ciudad, puede que queramos visitar el Memento Park, un parque donde se acumulan todas las estatuas que albergó Budapest durante el comunismo.
Y si lo que nos apetece es simplemente pasear por la ciudad, podemos disfrutar descubriendo algún nuevo rincón que no aparece en las guías o tal vez sentarnos en un bar de Vaci Utca, epicentro de la ciudad, y tomarnos una copa de Unicum, el célebre licor local, mientras apuramos nuestras últimas horas en la ciudad.
Tres días de turismo en Budapest pueden parecer poco tiempo pero, con certeza, son más que suficientes para enamorarse de una ciudad apasionante. ¿Te animas a visitar Budapest en 3 días?
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